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  • Foto del escritorPersonero Paulo Freire

Entrenar la mente, la tarea más dura para los corredores

¡Si eres deportista esto te puede interesar! ¿Alguna vez te has sentido incapaz?

Por: Poly Martínez  19 de mayo 2018 , 10:19 p.m. (Para el tiempo)



Tal vez el ‘músculo’ menos entrenado es la mente, a pesar de que sobre ella recae buena parte del desempeño de un deportista. Muchos corredores pueden estar a punto en entrenamiento físico, pero si la cabeza les patina, la mente se desenfoca y cansa rápido, toda la preparación se va al suelo. ¿Pero cómo entrenar la mente? No es fácil encontrar un manual con un entrenamiento concreto, así como existen planes con tareas para una 10K. Los expertos coinciden en que debemos entrenar la mente a la par que las piernas porque es de su fortaleza de donde salen las últimas zancadas, esa determinación para cruzar la meta y agotar los restos para terminar la tarea. Pero es más fácil decirlo que entender cómo se hace.

Cada quien tiene su forma de trabajar la mente. “Y también de hacerse zancadillas mentales o fijarse limitaciones para justificar temores como la comparación con otros, la incapacidad de lidiar con el fracaso al no obtener un tiempo estimado”, dice Inés Bayona, psicoanalista y ultramaratonista que sabe de la importancia de entrenar el pensamiento.

Aunque cada corredor es un mundo aparte, la palabra clave que Bayona da para armar la receta personal es “desmenuzar”. Pero antes hay que entender que el trabajo mental tiene dos momentos: uno, los trucos mentales que podemos utilizar para pasar los momentos más duros de un entrenamiento o carrera; y el otro, más complejo, es tener muy claro a qué obedece el autosaboteo que tantas veces nos hacemos y responde a una pregunta fundamental: ¿por qué corremos?.




Pensamientos negativos


Quien corre sabe que el camino mental es variado, entretenido, disperso y enfocado también. Todo tipo de pensamientos surgen, y “la clave está en dejar correr la mente como las piernas”, dice Bayona, quien insiste en que es mejor correr sin música para no esconderse del propio pensar. Y claro que aparecen pensamientos negativos, que Bayona llama “zancadillas del inconsciente”, y usted los puede identificar y enfrentar. Por ejemplo, disculpas como ‘no me siento bien’, ‘mejor corro por la tarde’, ‘aún siento la lesión’, ‘a este ritmo no la voy a lograr’, y ene mil justificaciones para no exigirse y abandonar la carrera o recortar el entrenamiento. Siempre hay un punto en el trayecto donde quisiéramos tirar la toalla. El chiste está en no hacerlo.


“la clave está en dejar correr la mente como las piernas” En ese momento hay que “parar la mente sin dejar de correr —dice Bayona— y hacer un autoanálisis: ¿sí me duele la pierna?; ¿por qué pienso en retirarme justo ahora? Y si efectivamente tiene un conflicto emocional que lo persigue, hágase estas dos preguntas mientras avanza: ¿puedo hacer algo al respecto ya mismo? Y si no, ¿qué puedo hacer para solucionar el tema luego?”. Encauce esos pensamientos negativos, pues si los deja correr como locos pueden terminar en una lesión “porque uno pone en el cuerpo lo que no puede procesar mentalmente. Y la carga negativa de los pensamientos es tan fuerte que roban foco, son un riesgo”, sentencia Inés Bayona. Eso de ‘escucha a tu cuerpo’ suena a cliché, pero es verdad. Para entrenar la mente hay que entrenar a conciencia el cuerpo, hacer la tarea indicada por el entrenador, sin excederse ni ahorrar esfuerzos. Saber que entrenó a conciencia le dará seguridad; reconocer su verdadero estado físico le da sentido de realidad.

Trucos para ganar confianza


Para ganar confianza, controle las variables que están en sus manos. Gustavo Esguerra recomienda:

  • Entrene anticipadamente las consecuencias: simule la carrera en todo lo posible, como noche previa, hora de salida, ropa, comida e hidratación. Eso le permite responder a imprevistos.

  • Procure entrenar en las condiciones climáticas esperadas el día de la carrera. Corra bajo la lluvia, al mediodía con sol, cambie de ruta y rompa la rutina.

  • Busque un mantra: una palabra, el nombre de una persona, una canción para tararear en momentos duros; repítalo rítmicamente. Dedique la carrera a alguien.

  • Otra opción es ‘salirse’ del cuerpo cuando sienta crecer la tormenta por dentro, llevar el foco a lo externo: cuente postes, fíjese metas cortas (hasta ese árbol) para dividir la carrera en pedacitos. Y al contrario: si llueve o hay un sol agotador, refúgiese internamente recordando un viaje, a las personas que quiere, un momento especial.

  • Y háblese en positivo: ‘Ya llevo 25 kilómetros, solo me faltan 17’.

  • Cuando se canse, acuda a experiencias positivas del pasado; recuerde lo que entrenó y reconozca que tiene condiciones físicas suficientes.

  • Conozca el terreno donde va a correr, revíselo en Google, en apps deportivas (Strava, Garmin, Polar, etc.), en recorridos virtuales. No hacerlo es correr a ciegas.

  • El famoso ‘visualice’: imagínese cruzando la meta, la satisfacción, la felicidad por haber logrado su meta”.

Poly Martínez Para EL TIEMPO Twitter: @polymarti


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